Allí nos encontramos en torno a los 1200 participantes. En el paseo marítimo de castro. Tras un cafecito bien rico, cargamos los bidones, y nos posicionamos en un lugar estratégico para comenzar la carrera. Y así fue. A las 9 en punto comenzó. Mientras salíamos del pueblo, el coche que abría la carrera, nos amenizaba con sus distinguidas conversaciones y dichos populares: “quítense del medio” “carrera neutralizada hasta la salido del pueblo” “ Gutiérrez, estas fuera de carrera, párate”…
Así, bajo melodiosa voz, salimos del pueblo y comenzó la carrera. La gente apretó lo suyo en esos altibajos que acompañan a la costa. Pero como los que íbamos, la mayoría somos unos acabaos (palabras dichas por ellos mismos, que conste) nos lo tomamos con tranquilidad. Aun así, por muy acabado que estábamos, pedaleábamos de mitad de pelotón para adelante.
Tras los primeros repechos comenzamos el alto de Seña. Breve, pero lo suficientemente duro para poner las piernas duras. Allí cada uno cogía su ritmo, y había quien estaba más acabado que otro. Alberto, Iñigo, y Jesús, prometían no perder la cabeza del pelotón, y en ellos depositábamos nuestras vanas esperanzas.
La carrera era rápida y el calor apretaba. Agua , agua y más agua era lo que íbamos a necesitar si en el avituallamiento pasaba lo del año pasado. Pero no. En el Km 47 más o menos, en una zona mejor preparada, fuera de circuito estaba el avituallamiento preparado. Bien organizado para que nadie se quedase sin su bolsa, pero muy pobre, en cuanto que no había “Barra Libre” de barritas, galletas y fruta. Liquido esos sí, lo que quisieses.
Tras el avituallamiento, llevábamos la carrera sin incidentes, excepto el de dos individuos que casi se bajan de las dos ruedas y casi se dan de hostias. El caso es que como continuamos no tuvimos la oportunidad de hacer apuestas y ver el espectáculo. La ambulancia sonó varias veces, y alguien se debió de dar un buen tortazo. Esperemos que no le pase nada, y se recupere pronto.
Así llegamos al alto de la Escrita. Comenzamos a subir, y cada uno cogió su ritmo. De Alberto, Iñigo y Jesús, no veíamos ni la estela. Del grupete que íbamos detrás, primero llego Igor, seguidamente Alfredo, al poco después Josemi y Gaizka. El frutero llegó un poco más tarde, y de otro lertxundi, puretilla que no había visto en mi vida, supongo que con el frutero, ciertamente no lo sé. Allí retomamos un poco de fuerzas tras la subida y comenzamos a bajar, intentando recuperar todo el líquido perdido en la subida. Lorenzo arreaba bien fuerte.
La parte final de la carrera se definió por ser rápida. Los tres que iban en cabeza, pedalearon bien fuerte. Los cuatro siguientes, Josemi, Gaizka, Igor y Alfredo, no nos quedamos atrás. Y fuimos aprovechando grupos y descensos para ir recuperando lo perdido.
Fotos propiedad de https://www.flickr.com/photos/bizimartxak/ |
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Calor, comida y familia nos aguardaban a la mayoría. Y allí llegamos con el sabor algunos de estar peor que otras veces, y otros en cambio mucho mejor. Aun así, dimos conclusión a esta cita y allí nos volvimos a juntar todos los Lertxundi sabiendo que habíamos cumplido con nuestra cita anual con esta villa castreña y sus habitantes.
Aúpa Lertxundi!!!
P.D.: Hoy hacemos un agradecimiento especial a Richard Gómez corredor de Triathlon Galdakao que nos hace un guiño y usará una gorra nuestra por las carreteras, estrenándola en la Castro-Castro, eskerrik asko y desde aquí todo nuestro ánimo para tu objetivo de este año el "IronMan de Austria", te seguiremos de cerca!!!