El ayuntamiento de Bilbao nos recibía, como antiguamente a los nobles de la villa. Eran las 7:45 de la mañana, y Lertxundi reunía sus tropas en las escalinatas de la casa municipal. Allí nos juntamos los 12 del patíbulo dispuestos a morir en el intento de acabar la Bilbao Bilbao en condiciones.
Las primeras rampas para subir a barrica no fueron excesivamente duras, íbamos a muy buen ritmo, pero no tanto como para despeinarse. EL frío no atenazaba, pero alguno por precaución se había puesto más ropa de más, por lo que empezó a pasar calor.
Llegados a Plentzia, comenzamos a subir Andraka. Allí nos dimos cuenta que Iñigo y Alberto habían tirado para adelante, así como que Jesus y Egoitz, aunque no habían empezado con todos, se habían unido en el transcurso de la carrera.
El buen ambiente reinaba, y así en ese ambiente nos fuimos acercando a la zona de avituallamiento. Los pinchazos empezaron a aparecer, y Josemi comenzó a ser explotado. Justo en la recta del Txorierri comenzó el mercado negro de cámaras.
Tras el descanso tomamos camino de Mungia, a la llegada a dicha municipalidad tuvimos otro pinchazo y como siempre Josemi, volvió a ejercer y el resto a mirar, lo cual se nos daba muy bien.
Tras el pinchazo, nos dirigimos hacia Morga, y aunque nos habíamos parado varias veces, aun seguíamos en esa cabeza de 8000 participantes. Comenzamos a subir y alguno que otro inesperado se empezó a quedar colgado. Uno porque no ha podido ensayar en los meses anteriores, otro porque le dio la pájara, los kilómetros se notaban, y aunque estuviera siendo una carrera suave, no por ello las piernas se cansaban menos.
Tras el ascenso a Morga comenzamos el tramo final. Allí nos volvimos a juntar casi todos, y parecía que todo iba bien, hicimos la paradita de rigor en Aperribai para ser animados por nuestros aficionados y continuamos hacia los pies de la villa.
Saludamos a la virgen de Begoña, y cuando estábamos a punto de cantar la salve, casi tenemos el susto del día. Gaizka, pillo un socavón y reventó la rueda, otros tuvimos más suerte y pasamos. Gracias a la pericia y buen temple de este incondicional del Sky, no se cayó y evito un buen tortazo. Mientras el de las cámaras hacía su agosto, veíamos como los ciclistas caían como bandadas ante dicha trampa (que bien podían señalizar para evitar accidentes la organización).
Al final entramos en torno a la una por la meta y con un aire de satisfacción dimos la prueba de este año por superada. Solo añadir, que uno de los Lertxundi intento hacer competencia al que vendía cámaras vendiendo ropa de Forum, pero fue un fracaso estrepitoso.
Nos vemos en la próxima.
Aupa Lertxundi!!!
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