Y AHORA SI NOS VAMOS....
Esa fue la tónica de la ruta de este domingo. A las 8:30 de la mañana nos juntábamos 7 ciclistas del lertxundi, estábamos entre los muy gays, y los gays. Todos con cara de frío y con las legañas congeladas, pero con ganas de darle al pedal. La ruta estaba clara, lo que no estaba tan claro era hasta donde íbamos a llegar todos juntos, puesto que Igor e Iker, que vienen de sendos esguinces se manifestaban prudentes y no dejaban de decir una y otra vez que solo una vueltita.
Y así comenzamos, tomamos dirección a Larrabetxu, y como fantasmas íbamos atravesando el banco de niebla que se aferraba a las raíces del valle. Con un ritmo suave comenzamos a entrar en calor, las articulaciones frias, dolían un poco, pero enseguida calentaron, pues poco a poco íbamos cogiendo ritmo. Al pasar Larrabetxu, el sol nos dio los buenos días, y nosotros a él, despertados por los primeros rayos de sol comenzamos a reírnos y a lanzar alguna pullita que otra. Los chicos del coro, es decir los del esguince, comenzaron a cantar que enseguida se darían la vuelta, a lo cual el resto de la coral, respondía con segundas y terceras voces...Maricas, gays y demás voces.
Así llegamos a Derio, decidimos parar pues queríamos sacar una foto en la cual estuviéramos todos juntos. Y así lo muestra las siguientes fotografias. Además aprovechamos para meternos un poco más con los lesionados en recuperación, que decidieron llegar hasta la carretera de Mungia, y allí, definitivamente, vuelta.
Llegamos a Mungia en un tris tras, el irregular terrenos animaba a subidas impetuosas y bajadas desenfrenadas, excepto algún in-prudente que a las bajadas le tiene un POQUITÍN de miedo. Antes de cruzar el puente que pasa al otro lado del corredor de Mungia nos hicimos la siguiente foto.
Para nuestra no sorpresa, llegamos a Mungia, y los lesionados muy picados, no dejaban de decir, "ahora sí nos vamos", pero no sé como llegamos con dicha retaila hasta Gatika, donde la subida inminente a Andraka, les hizo pensar un poco, no sé si porque pasamos por donde el día anterior había habido el atropella al ciclista de 71 años, el cual gracias a Dios ya se recupera, o porque ya se notaban resentidos. El caso, es que ellos cogieron camino a Butrón y luego Umbe, y el resto de valientes, nos calzamos las polainas y los crespones y comenzamos la escalada en dirección a Andraka. Un caldito delicioso nos esperaba en la cima y eso motivaba.
Con la carretera llena de ciclistas, y con una pendiente media subimos a muy buen ritmo, sin que hubiera entre los cuatro restantes del Lertxundi una distancia como para asustar. Llegamos y nuestro gozo en un pozo, Andraka estaba cerrado y nuestro caldo se disipo como la niebla con la que habíamos comenzado, bueno, mucho más rápido. Por lo que resignados comenzamos a descender hacia Plentzia para acometer nuestro siguiente ascenso que nos llevaría en dirección a Umbe.
Tras pasar Plentzia comenzamos a acometer, tras juntarnos un pelotón, el ascenso hasta Urduliz, los primeros llanos nos permitían ir a buen ritmo. En ese momento, el cronista de la ruta de hoy, decidió parar para echar una meadita, buenos eso dijo para no parecer un calzonazos, pero principalmente era para mandar un mensaje a la churri. Así comenzó la historia del cazador cazado. Ya que tras montarme a las dos ruedas, comencé cual cazador a darle caña al pedal para cazar a mis compañeros. Con esa intención llegue hasta Urduliz, donde no veía ni las sombras de mis compañeros. Buscando el negro verde fosforito, no encontraba al resto de Lertxundi, y así me vi subiendo Umbe, hasta que de repente, fui cazado por Jesús e Iñigo que bajaban a mi encuentro. Me puse a sus ruedas y así subimos hasta la cima, a una media de 26-27 todo ese tramo.
En la cima nos juntamos todos de nuevo y comenzamos el descenso. Parecía un acordeón, momentos más juntos y momentos más separados, y cuando llegamos a la rotonda de Asua, a uno de los cuatro se le ocurrió la feliz idea de subir Artxanda. Ante dicha propuesta, nadie quiso hacer gala de cobarde, y menos estando Alberto, que enseguida nos llama gays, y dijimos por supuesto. Yo por lo menos por dentro, no dejaba de pensar, “Uff! Artaxanda, Ufff…si ya lo he dado todo subiendo Umbe!, Uff!!!!”
Ya sea con pensamientos positivos, o con negativos, comenzamos a subir a Artxanda hacía nuestra meta. Lo subimos, algunos mejor, y otros peor, pero subimos. Así llegamos a nuestra meta. Nos despedimos en la rotonda Bolueta esperándonos ver el próximo domingo.
Datos: 76Km/h a una media de 24-26 Km/h.
Los esquiroles de Igor e Iker, hicieron también al final 76. La próxima que se vengan.
La crónica esta firmada por el compañero Alfredo, muchas gracias seguimos pedaleando.
Aupa Lertxundi!!!
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